Resumen
Los Pueblos Originarios e Indígenas han vivido y viven hoy en esta tierra que se conoce con muchos nombres; Isla Tortuga, Tawantinsuyu, y las Américas, entre otros, por lo menos entre 11.500 y 20.000 años antes del presente.1 Las pruebas arqueológicas de hace 20.000 años atrás demuestran que la gente llegaba y se establecía en el norte donde se ubicaba el refugio de Meadowcroft, en lo que hoy es Pensilvania, Estados Unidos, para crear viviendas en cuevas tan al sur como lo que hoy algunos llaman Monte Verde, Chile.2 Pero la arqueología es solo una forma de entender el tiempo. Según muchos filósofos e historiadores, en varios sentidos los pueblos indígenas siempre han estado presentes en el territorio3, y han contribuido a dar forma a la tierra tal como la conocemos hoy.4
La historia de las Américas representa un relato increíblemente extenso, cambiante y complejo de numerosas interacciones entre grupos que habitaron previo a la llegada de los europeos.5 Aunque la historia de los pueblos era todo menos estática, las llegadas accidentales,6 los cambios en los vínculos políticos y la colonización caracterizados por la presencia europea alteraron la vida de manera drástica: ¿cuántas personas había en este hemisferio en 1491 y cuántas perdieron la vida tras la presencia europea? Para reconstruir las cifras, los académicos se basan en una gran variedad de datos, desde los documentos de los censos coloniales hasta las estadísticas de la población7, cubriendo desde la estimación de la capacidad de carga de la tierra8, hasta los cambios en las mediciones del carbono en la atmósfera terrestre.9
Al hilar todos estos datos, existe un consenso general de que la población indígena de las Américas alcanzaba casi las 100.000.000 de personas en el momento del contacto español.10 Cuando los habitantes de Guanahani hallaron las embarcaciones de Colón en la costa de la isla que ahora se llaman Haití y República Dominicana, había casi 4.000.000 de personas que vivían allí y participaban en una enorme economía caribeña de viajes e intercambios.11 En 1491, es probable que el valle de México Central haya sido el lugar con mayor densidad de población en el planeta, con 25.200.000 personas en 200.000 millas cuadradas.12 Tenochtitlán, la ciudad imperial de la Triple Alianza13, era una maravilla arquitectónica14 construida sobre un lago artificial con una población contenida entre pirámides, plazas y edificaciones públicas15, una ciudad capital albergando alrededor de 3.000.000 de personas en el imperio Mexica.16 La cuenca Amazónica, canalizada por los habitantes en una serie de canales, plataformas, montículos17 y pueblos, se estructuraba como un sistema agro-forestal18 que sostenía a más de 6.000.000 de individuos. 19 Hacia el sur, el imperio Inca, o Tawantinsuyu, era un sistema de cuatro estados que abarcaba desde el norte de Argentina hasta el sur de Colombia. Estaba unido por uno de los sistemas de caminos más antiguos y largos del mundo, el Qhapac Ñan.20 La carretera conectó una serie de capitales y un paisaje labrado de acueductos, sistemas de drenaje y terrazas dieron lugar a robustos sistemas agrícolas que dieron de comer a casi 11.000.000 de personas.21
Captar las estadísticas poblacionales en esta época en particular de la historia de la humanidad es una tarea compleja. Sin embargo, hay un hecho certero. Jamás fueron tierras vacías. Más bien, emperadores, civiles, científicos y filósofos rodearon e involucraron a Colón en sus propias y complejas historias e infraestructuras. En 1491, la parte hemisférica del mundo era un enjambre interconectado de imperios, estados, ciudades y asentamientos con historias y nombres únicos que, con toda probabilidad, superaban en número a las poblaciones europeas.22 A lo largo del siglo siguiente, estos lugares, los pueblos e historias quedarían englobados por la imaginación europea en lo que se dio a llamar Las Américas.
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Algunos arqueólogos creen que, teniendo en cuenta el momento en que se poblaron los sitios, la estimación debería ser de hace más de 40.000 años. Tom Dillehay et al, “Earliest hunters and gatherers of South America,” Journal of World Prehistory no 6. 1992:150. Véase también: Beltraõ 1974, Guidon y Delibrias 1985. ↩︎
Dillehay et al “Earliest hunters and gatherers of South America.”; David Truer “ David Truer on the Myth of an Edenic Pre-Columbian “New World”: Indigenous American Civilizations are far Older and More Complex than history suggests.” Literary Hub 2019. ↩︎
Muchos académicos, incluidos quienes vinieron luego de la década de 1850, han demostrado que la obsesión europea por comprender los orígenes nativos tenía como motivo despojar a la gente de sus tierras, argumentando que todos los habitantes de Estados Unidos procedían de otro lugar. Como escribe Meghan C. L Howey, tres escritores Anishinaabeg, Kahkewaquonaby, Kahgegagahbowh y William Whipple Warren, lucharon contra la lógica del despojo y argumentaron que eran un «pueblo espontáneo», lo que significa que surgieron con la tierra y no podían considerarse separados de ella. Véase Mechan Howey: “The question which has puzzled, and still puzzles,” How American Indian Authors Challenged Dominant Discourse about Native Origins in the 19th Century.” American Indian Quarterly, Vol. 34. No. 4 (Otoño 2010) pp. 435-474. University of Nebraska Press. ↩︎
Howey “The Question that Still Puzzles”; Robin Kimmerer Braiding Sweetgrass: Indigenous Wisdom, Scientific Knowledge, and the Teaching of Plants(Minneapolis, MN: Milkweed Editions 2013). ↩︎
Existen numerosas relaciones arqueológicas que demuestran la existencia de vastas redes comerciales: ya en el año 1000 d.C., América del Norte era atravesada por el Norte y el Sur; como explica Charles C Mann: “se ha encontrado madreperla del Golfo de México, en Manitoba, y cobre del Lago Superior en Luisiana…” Charles C Mann, 1491 New Revelations of the Americas before Columbus (New York: Alfred A Knoph, 2005): 25 ↩︎
El término «llegada accidental» se utiliza para combatir la larga narrativa de Colón como actor de credo científico; Colón creía que la isla de Guanahani (a la que llamó La Española) era una isla al este de la India. Véase el capítulo de Sai Englert: “Accumulate, Accumulate” en Settler Colonialism: an Introduction (Pluto Press, 2022): 32. ↩︎
Los documentos censales son informativos pero, especialmente en los momentos coloniales, también pueden ser engañosos, ya que los europeos también tenían prejuicios para informar o exagerar ante la corona el número de personas que habían conquistado. Bartolomé de Las Casas, por ejemplo, informó en 1496 de que la zona de Hispaniola tenía alrededor de 1.000.000 de habitantes indígenas. Gonzalo Fernández de Oviedo calculó que los habitantes del Castillo del Oro, o lo que hoy es Panamá, ascendían a casi 2.000.000. Información obtenida de: William Denevan, the Native Population of the Americas in 1492. Madison: University of Wisconsin Press. 1992:14. Para más información sobre las comparaciones de los datos del censo colonial, véase Alan Covey et al, “Dynamics of Indigenous Demographic Fluctuations: Lessons from Sixteenth-Century Cusco, Peru.” Current Anthropology 52, no. 3 (2011): 335–60; Liebmann, Matthew J. et al. “Native American Depopulation, Reforestation, and Fire Regimes in the Southwest United States, 1492–1900 CE.” Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 113, no. 6 (2016): E696–704. ↩︎
Massimo Livi Bacci, Conquest: the Destruction of the American Indios. Traducido del italiano por Carl Ipsen. Cambridge, UK and Maiden, MA: Polity 2008. ↩︎
Alexander Koch, et al “Earth system impacts of the European arrival and Great Dying in the Americas after 1492”, Quaternary Science Reviews, Volume 207, (2019):13-36. ↩︎
Englert “Accumulate, Accumulate”; Véase también: David Reher “Reflections on the Fate of Indigenous Populations of America” Population and Development Review 37 no. 1 (2011): 172-77. ↩︎
William Denevan “The Pristine Myth”. ↩︎
Mann 1491: pp 129; Véase también Cook, S.F. and L. B Simpson. 1948. The Population of Central Mexico in the Sixteenth century. Berkeley, CA: University of California Press. ↩︎
La Triple Alianza hace referencia a un sistema político por el que las ciudades-estado de Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan se unieron para crear un sistema de distribución de tierras y pago de tributos. Véase el Capítulo de Jongsoo Lee, “The Aztec Triple Alliance: a colonial transformation of the Prehispanic Political and Tributary System.” Texcoco: Prehispanic and Colonial Perspectives. University Press of Colorado (2014): 63. ↩︎
Cuando los conquistadores españoles se encontraron con la ciudad, muchos nunca habían visto nada igual. Tenochtitlán era mucho más grande que París, la ciudad más grande de Europa en aquella época. Encontraron jardines botánicos, acueductos que llevaban el agua del lago a la ciudad, templos increíblemente ornamentados y calles que fueron descritas como inmaculadas. Mann 1491: 126 ↩︎
Para fines de contexto, en la década de 1490, la población de Inglaterra era casi una décima parte de la de los Estados Unidos. Mann 1491: 120 ↩︎
Véase Barbara Mundy “Mapping the Aztec Capital: the 1594 Nuremburg Map of Tenochtitlan, Its Sources and Meanings” Imago Mundi vol. 50. (1998):11-33. ↩︎
Véase Clark Erickson, “The Domesticated Landscapes of the Bolivian Amazon,” en Balée y Erickson eds. 2005. ↩︎
Este tipo de agrosilvicultura o «agricultura con árboles» no era fácilmente perceptible para los europeos, que nunca habían visto sistemas semejantes: muchos europeos que se encontraban con pueblos del Amazonas afirmaban erróneamente que no tenían agricultura, cuando en realidad se habían topado con un tipo de agricultura diferente a todo lo que había en Europa, África o Asia. Charles C. Mann. 1491:pp 26. ↩︎
Denevan “The Pristine Myth” ↩︎
La interconexión de caminos como el Qhapac Nan, o camino Inca, es precisamente lo que creó diferentes cronologías de los efectos de la colonización. Se estima que los ciudadanos Incas, por ejemplo, sintieron los efectos de la viruela mucho antes de la llegada de los españoles; en un caso en el que la enfermedad puede viajar más rápido que las personas, es probable que sus socios comerciales del Norte la hubieran diseminado y contagiado a través de una serie de encuentros dentro de una infraestructura bien definida de rutas comerciales. Véase Jeff Jeff Quilter The Ancient Central Andes [2014] Taylor y Francis 2022. ↩︎
Montenegro et al, “La Situacion Poblacional Peruana: Balance Y Perspectivas” Technical Report Instituto Andino de Estudios en Población y Desarrollo, Lima (1990). ↩︎
Según las estimaciones de Henry Dobyns realizadas en 1966, en 1491 la población indígena podría haber alcanzado cerca de 112.000.000 de personas, que en esa época habrían superado sustancialmente a la población europea. Véase Mann. 1491: 94. Véase también: Henry Dobyns “An Appraisal of Techniques with a New Hemispheric Estimate” Current Anthropology. 7 no 4: 1966. ↩︎