Resumen
En la lucha por los recursos naturales en América Latina, comunidades locales, científicos, animales y plantas se han unido para defender sus territorios. Casos en Chile, Colombia y Ecuador son un ejemplo de las conexiones que se producen entre humanos y no humanos, a partir de los procesos judiciales y las decisiones de los jueces. Demostrando así cómo el derecho se transforma para incorporar el mundo natural en un movimiento hacia la protección de los múltiples mundos que habitamos.
Instantáneas de una historia en desarrollo
En 2022, durante una audiencia en el Segundo Tribunal Ambiental de Chile, la abogada que representaba a los colectivos y la a comunidad local en Putaendo preguntó a los jueces y a la contraparte si habían considerado los efectos de las vibraciones por la perforación del manto en busca de cobre. La declaración de impacto ambiental, crucial para obtener el título minero, fue impugnada por miembros de la comunidad local quienes se oponían a las actividades de la empresa minera Vizcachitas Holding. Entre los argumentos presentados estaba la amenaza al gato andino cuya presencia en los terrenos de exploración había sido omitida de la solicitud de licencia. En sus alegatos señalaban que las fuertes vibraciones causadas por la perforación y la minería habían desplazado al gato andino de su hábitat. Esto sumado a la sequía de la última década, que emporaría con las actividades mineras, dificultando enormemente la supervivencia del gato en este lugar.
América Latina es un contexto complejo de resistencia y colaboración con la industria minera. A lo largo de los años, comunidades indígenas, campesinas y afro han utilizado diversas estrategias, desde batallas legales hasta confrontaciones con la policía, para afirmar su soberanía sobre los recursos naturales. La historia no es lineal. Mientras algunas comunidades se alinean con las corporaciones mineras, otras se oponen vehementemente. Este estudio captura instancias de una región en la encrucijada entre el desarrollo económico y la preservación ecológica, donde comunidades e industrias están en una lucha continua por el control de los recursos y por el derecho a una vida saludable y respetuosa con el ambiente.
En las últimas décadas, los enfoques sobre los Derechos de la Naturaleza y la Jurisprudencia de la Tierra han abordado cuestiones ambientales urgentes a nivel mundial. América Latina ha emergido como un actor clave en este proceso, haciendo contribuciones significativas. Esto señala un cambio de paradigma donde el concepto de derechos ya no es exclusivo de los humanos, sino que se extiende también al mundo natural con el que coexistimos. Esto se conoce como los Derechos de la Naturaleza, un término que abarca tanto la filosofía legal como las leyes específicas que reconocen a los ecosistemas como entidades con derechos.1 Por ejemplo, en sus reformas constitucionales de 2008 y 2009, Ecuador y Bolivia respectivamente han liderado el camino al reconocer a Pachamama (o Madre Tierra) como una entidad con derechos.2
Estas ideas reconocen, por ejemplo, que la frontera entre humanos y naturaleza no siempre es clara. Considerando que los humanos somos un 70% agua, tiene sentido pensar en los arroyos, ríos y ecosistemas de los que bebemos son extensiones de nosotros mismos y viceversa. Hasta 2021, alrededor de 30 países han implementado leyes o decisiones legales y judiciales que reconocen los derechos de entidades no humanas. Las particularidades de estas disposiciones en el derecho varían según la región y el país. Este cambio es impulsado por la necesidad de proteger la biodiversidad, promover un ambiente saludable y reconocer formas alternativas de coexistencia.3
Derechos de la naturaleza y despojo
La Jurisprudencia de la Tierra enfatiza la necesidad de que los sistemas legales se adapten al mundo natural en lugar de forzar al mundo natural a conformarse con los marcos legales. Un problema que el derecho enfrenta hoy en día es su tendencia a ver la naturaleza de manera estrecha e individualizada en lugar de entenderla como un ecosistema interconectado. Por ejemplo, un río a menudo se ve como una entidad discreta en lugar de como parte de un ecosistema más grande que incluye la flora, fauna, nubes, lluvia, escorrentía y toxinas que son directamente parte de o están en un ciclo con el río. Reconocer como sujetos de derechos a entidades naturales también tiene sus complicaciones. Por ejemplo, puede tener el efecto de crear un paisaje de sujetos aislados, como una serie de puntos, reflejando los nuevos sujetos que ahora integran el espacio legal. Claire Duboscq se refiere es esto como la “fábrica judicial para producir los derechos de la naturaleza,” invitando a pensar más detenidamente qué es lo que realmente estamos generando con estas decisiones.4 En este sentido, no se trata solo del número de decisiones legales tomadas por los tribunales, sino de comprender cómo coexisten diferentes mundos (humanos y no humanos) en el mismo espacio y llevar esta discusión al derecho.5
En este proyecto, donde la lupa está en la pregunta por el despojo, ¿cómo se relacionan los derechos de la naturaleza con el despojo? Y en particular, ¿qué se está despojando en los distintos casos que se analizan? Una mirada a las relaciones entre humanos y otros seres destacan que los despojos no se limitan a la ubicación específica donde se lleva a cabo un proyecto minero, por ejemplo. Como lo demuestran los casos presentados aquí, el impacto de la extracción de minerales en un área puede afectar significativamente los recursos hídricos en otra. En otras palabras, los despojos pueden tener lugar en diferentes ubicaciones y no tienen en cuenta las fronteras. Esta perspectiva sugiere que los despojos son una serie de circulaciones y transferencias, similar a lo que describe el concepto de translocalidad.6 Lo que aparentemente está enterrado en la extracción de minerales está realmente conectado a varias ubicaciones y diferentes realidades ambientales, económicas y políticas. Esto se debe a que los ecosistemas consisten en una comunidad de organismos interactuando entre sí. Precisamente, es esto lo que está en el núcleo de lo que buscan reconocer los Derechos de la Naturaleza.
Tres casos
Buscando preservar un hábitat común, en oposición a proyectos mineros, los casos que aquí se presentan comparten una estrategia similar: la participación de no humanos en el proceso legal. Estos casos muestran cómo podemos adaptar y transformar nuestras prácticas mediante esfuerzos colaborativos entre científicos, comunidades, animales y plantas para salvaguardar la existencia compartida. Específicamente, estos casos enfatizan los lazos formados con no humanos y el medio ambiente a medida que las actividades cotidianas revelan nuevas solidaridades. Por ejemplo, la identificación de una nueva especie de orquídea cambió las dinámicas de poder en una disputa legal contra un proyecto minero que estaba impactando las fuentes de agua para una comunidad en Colombia. El texto enfatiza la conexión entre humanos y el medio ambiente al mostrar que cualquier cosa que afecte a la orquídea también tendrá un impacto en las personas. Por lo tanto, la orquídea no es solo una planta; comparte un hábitat y vida con la comunidad circundante. Así, preservar la especie es también preservar la propia existencia.
En una historia similar, durante más de 30 años, las comunidades del Valle de Intag, en la Provincia de Imbabura en Ecuador han estado luchando para proteger sus tierras de las operaciones mineras. Recientemente, sus esfuerzos lograron una victoria significativa en los tribunales, gracias entre otras cosas, al redescubrimiento de una rana que se creía extinta. Este hallazgo jugó un papel importante en la decisión de cancelar la licencia minera para el proyecto de exploración de cobre Llurimagua. Comunidades locales, científicos y organizaciones han trabajado incansablemente para preservar el bosque de niebla, un hábitat esencial para la rana arlequín de nariz larga. Después de una larga batalla legal, la Corte Provincial falló a favor de quienes habían defendido a la rana y su ecosistema. Es fácil suponer que la evidencia presentada cambió el resultado. Sin embargo, es importante notar que cuando consideramos las necesidades de tanto las personas como las especies y sus entornos compartidos, estamos reconociendo la coexistencia de múltiples mundos.
Finalmente, como en un juego de ajedrez, cuando analizamos casos judiciales encontramos que el tablero está en constante cambio. Cada movimiento señala una modificación en la estrategia, con los jugadores ajustando sus piezas para lo que viene. El turno de un jugador termina cuando el reloj se detiene, mientras que el otro aprovecha el momento para hacer su movimiento. En realidad, sin embargo, el juego nunca termina. El reloj nunca se detiene. Las historias de los casos legales encarnan una negociación continua y una variedad de posibilidades en cada movimiento y transición. Compartiré instantáneas de tres casos donde científicos, miembros de la comunidad, animales, plantas y académicos colaboran para proteger sus hogares y sus vidas. Haré una pausa momentánea en el reloj para dar una mirada a estas historias. Aunque estos casos pueden ser muy diferentes en el presente, contienen elementos significativos que destacaré en cada una de las entradas.
Para explorar estos casos y conocer más sobre cada contexto, visita “En busca del gato andino”, “Había una vez una orquídea”, y “Una rana en el bosque de niebla”.
References
Appadurai, Arjun. 1996. Modernity at Large: Cultural Dimensions of Globalizations. Minneapolis: University of Minnesota Press.
Berros, María Valeria. 2021. “Challenges for the Implementation of the Rights of Nature: Ecuador and Bolivia as the First Instances of an Expanding Movement.” Latin American Perspectives 48 (3): 192–205. https://doi.org/10.1177/0094582X211004898.
de la Cadena, Marisol, and Mario Blaser, eds. 2018. A World of Many Worlds. Durham: Duke University Press.
Kauffman, Craig M., and Pamela Martin. 2021. The Politics of Rights of Nature: Strategies for Building a More Sustainable Future. Cambridge: Massachusetts Institute of Technology.
Bonilla Maldonado, Daniel. 2019. “Environmental Radical Constitutionalism and Cultural Diversity in Latin America: The Rights of Nature and Buen Vivir in Ecuador and Bolivia.” Revista Derecho Del Estado, no. 42 (January): 3–23. https://doi.org/10.18601/01229893.n42.01.
Porst, Luise, and Patrick Sakdapolrak. 2017. “How Scale Matters in Translocality: Uses and Potentials of Scale in Translocal Research.” Erdkunde 71 (2): 111–26. https://doi.org/10.3112/erdkunde.2017.02.02.
Kauffman y Martin, The Politics of Rights of Nature, 13. ↩︎
Berros, Challenges for the Implementation of the Rights of Nature; Bonilla, El constitucionalismo radical ambiental y la diversidad cultural en América Latina, 5-6. ↩︎
Kauffman y Martin, The Politics of Rights of Nature, 10-11. ↩︎
Duboscq, La fabrique colombienne des droits de la nature: ethnographier la judiciarisation de milieux humides. ↩︎
Blaser and de la Cadena, A World of Many Worlds. ↩︎
Sobre la translocalidad, un lugar para empezar a estudiar el concepto ver: Arjun Appadurai (1996), “Modernity at Large”, y Porst y Sakdapolrak (2017), “How scale matters in translocality”. ↩︎